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La muerte en la cosmovisión del México originario


Nuestros ancestros mexicas tenían una cosmovisión acerca de la muerte muy peculiar, la trataban como una continuidad de la vida y según la manera de morir se aseguraba un lugar en algún “paraíso” a lado de un dios o en un “inframundo” en palabras más comunes.

El concepto e idea que tuvieron los indígenas del pasado acerca de ese trasmundo era diferente a la de hoy en día, los mexicas tenían la certeza de que la muerte formaba parte de la vida y la última finalidad de esta concepción.


Para esa civilización, la muerte era parte del orden cósmico vital, en donde Mictlantecuhtli (Dios de la muerte) y a Texcatlipoca (Sios de la vida) mantenían ese ciclo. La manera de morir era lo que determinaba el destino que le deparaba al alma, la cual transitaba en lugares determinados por los Dioses.





Omeyocan


Era el lugar donde habitaba el sol, el cual se consideraba un guerrero que liberaba cada día una batalla, para los mexicas, perder la vida en la guerra era la mejor forma de morir y éste era su cielo.

A este lugar también iban las mujeres muertas en parto,a los cuatro años de haber muerto se convertían o reencarnan en inmortales aves y se alimentaban con el néctar de las flores en los jardines del Tonatiuhichan (Casa del Sol), además que podían descender a la tierra.


Tlalocan

el paraíso de Tláloc; el dios de la lluvia, es un lugar, lleno de alegrías, sin penas, en donde nunca faltaban las mazorcas de maíz, las calabazas, chiles verdes, jitomates, frijoles y flores, lleno de vegetación, animales e insectos pequeños parecido a un paraíso terrenal. Aquí iban quienes morían por alguna situación relacionada con el agua.


El Chichihuacuauhco


El Chichihuacuauhco era un espacio para los niños que tenían una edad menor al primer año, éste lugar nacen árboles nodrizas, con senos maternos como frutos, de los que brota leche, aquí es en donde los pequeños esperaban volver a la tierra cuando se destruyera la raza que la habitaba.


Mictlán (Inframundo)

A éste mundo, llegaban todas aquellas personas que fallecían por muerte común o por causa de un accidente, lo que indicaba que no habían sido elegidos de una manera especial por los dioses. El Mictlán, era un lugar oscuro, denso, bajo, en donde las almas deben realizar pruebas para poder resurgir, y para eso se debía cruzar un camino compuesto por nueve casas o dimensiones, que corresponden a los estratos del inframundo.


Chicunamictlan

Aquí, las almas encontraban el descanso anhelado. El Chicunamictlan, es donde se pasa por la “muerte segunda”. Y de acuerdo a los mexicas, el alma puede descansar ingresando a la naturaleza nuevamente.


De esa manera se determinaba a dónde irían los muertos según su manera de morir.

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