La tarea del chaman interior es soñar el sueño de la verdad a una gran escala. Y está incluido en esta tarea centrarse a la perfección en, a partir de todo cuanto es, soñar su esencia.
Los chamanes de la tribu shuar de la selva ecuatoriana de las amazonas enseñan que la vida es como la soñamos, es así, que todo es un sueño. Todos los chamanes estarían de acuerdo de este modo, el chamán interior certifica que esté conectado con todo lo que es con el gran espíritu, con el Tao, con la naturaleza búdica, con la fuerza cristica, todos los cuales son para ti un puerto seguro en medio de la tempestad.
En una palabra, el chamán interior es el hogar, digamos simplemente que el cuerpo físico y de personalidad que lo acompañen llevan grabadas a fuego las rígidas creencias de la cultura, la sociedad y la familia, creencias que son como muros de contención para la mente, destinadas a no dejar entrar información ni ver la verdad, y la información que llega a entrar pasa por el filtro de esa impronta y condicionamiento lo cual distorsiona la pureza de la visión que el chamán interior tiene de quien eres, esta distorsión recibe el nombre de maya, como el hinduismo denomina la percepción y el pensamiento ilusorio, y que es la experiencia de los seres humanos, tenemos al mundo.
En esencia la experiencia entera de nuestra vida, es una alucinación, y esto incluye la que creemos que es nuestra identidad, toda la información que recibimos atraves de los cinco sentidos, la totalidad del universo físico, tal como lo percibimos, la tarea del chaman interior es, además de despertarte de la verdad de quien eres, ocuparse de un diminuto nódulo erradicado con el cuadrante superior derecho del corazón que recibe el nombre de nodo, en el que se origina el impulso eléctrico que pone al corazón en marcha y lo hace seguir latiendo durante nuestra época embrionaria y los primero años de vida. Al llegar a la edad adulta, los impulsos eléctricos provienen de múltiples puntos del corazón.