Rituales de iniciación
En el caso del Okub o sepulturero, debe plantar estacas, entonces el chamán amarra las muñecas del mismo a un árbol; si crecen, el novicio tendrá un futuro exitoso, considerándose de cierta forma como un escogimiento divino. Aquí se ponen a prueba la inteligencia y resistencia del aspirante.
El usékar va a la cueva para entrar en comunicación con los espíritus. La cueva es sustituida en los otros niveles chamánicos (awá, okub, bikakra) por una cabaña construida de hojas de plátano que se instala generalmente en el bosque; aquí el novicio permanece encerrado durante el día, permitiéndosele salir durante la noche; el awá adquiere el espíritu protector de una persona que hace mucho tiempo ha muerto, el cual posiblemente sea el espíritu de un antiguo o desaparecido chamán.
En el esquema mágico religioso, la conversación del espíritu con los novicios, especialmente con Dular, mensajero de Sibú, a solas en la oscuridad, alcanza el clímax cuando el espíritu se le acerca.
El bastón es el intermediario entre el chamán y los espíritus y puede ser adquirido por el novicio mediante compra, regalo o búsqueda ritual en el bosque y por el adiestramiento que éste ha recibido de su maestro referente a las canciones rituales. La próxima ceremonia parece estar encaminada a entregar al futuro hombre-médico sus implementos rituales y el entrenamiento y aprendizaje tradicionales para ejercer a cabalidad la profesión.
También tiene que construir una cabaña de hojas de plátano y debe permanecer sin dormir, acción que debe ser supervisada. Debe utilizar la mano derecha en algunos de los pasos, por ser ésta sagrada en oposición a la izquierda que es profana. Aquí el futuro chamán recibe plumas de aves (símbolo ornitomorfo), las cuales amarra a un pedazo de tela, las piedras mágicas o sagradas envueltas en algodón, dos bancas blancas de balsa, una de ellas con cola y cabeza de animal, un bastón, una piel de jaguar y una flauta larga de cañuela (que sólo los curanderos pueden hacer).
Gran parte de la ceremonia está dedicada a cantar a las piedras sagradas, diciendo en ellas sus cualidades y virtudes mágicas. La asistencia a un número determinado de sesiones, generalmente acorde con los números míticos (3 o 4) es requisito indispensable del aprendizaje.
Rituales de curación
Encender el fuego es el paso inicial en los rituales de curación. El awá enciende el fuego y en él la pipa. Luego soasa hojas de aiko o sabanillo, que se pasan por el pecho y espalda del enfermo. También le echa bocanadas de humo de tabaco. Asimismo le pasa animales por el cuerpo, dependiendo del tipo de enfermedad, para que sus espíritus combatan con el espíritu de la enfermedad. Estos elementos son los símbolos materiales de la purificación. Entran también en el proceso de curación los ayunos y las dietas. Existen diferentes tipos de dietas y de restricciones para las diversas enfermedades e impurezas.
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